Tal como reza el título del blog, me parece oportuno hablar de inmigración, aunque en esta ocasión sea de forma escueta y concisa, es decir, sin andarse por las ramas con carácter mitinero.
Ya habrá otros momentos para tratar este tema, que aunque algunos lo nieguen es un problema que reviste de cierta preocupación, que todos, deberemos enfrentarnos. (de echo ya lo hacemos)
Si es cierto que de todo sale algo positivo, a mi juicio, de la inmigración actual en cuanto a positivos y negativos nos referimos estariamos quizás en un....60%? de negativo, claro....
Estadísticas profundamente demagógicas aparte nos ceñiremos al tema, pero...
No quisiera dar paso al texto sin antes hacer referencia a una notícia que me ha dejado estupefacto, o como diria aquél, en estado de ennui*, precisamente lo contrario a una feliz disposición de ánimo. De tal magnitud reviste la misma; (para mi)
Se ve que la junta islámica ha pedido el voto directamente para el PSOE, es curioso que cuando la "curia" romana de este país hace un tímido amago de pedirlo para el PP se líe la de San quíntin. Será quizás porqué estos últimos tienen más fieles y más poder de convicción dada su importancia histórica en este país y eso pone nerviosos a los del PSOE.
Pero parece ser que los de la junta islámica también se han apuntado al carro de usar la palabra y pedir voto, pero descaradamente.
Al fin y al cabo viendo lo que hace ZP con España, me imagino, no descartan que el susodicho presidente les monte un califato.
Doy paso, sin más, al escrito de un compañero:
CONCEPTO DE INMIGRACIÓN.-
Debemos distinguir entre la asimilable y la no asimilable. Dentro de la primera categoría existen diferentes grados de asimilación. Tiene especial interés las palabras del politólogo Giovanni Sartori cuando afirma que los inmigrantes ilegales no pueden permanecer en el país receptor por su nula aportación al sostenimiento del Estado del Bienestar y su irremediable aproximación al mundo de la delincuencia.
La integración es el paso previo a la asimilación, puesto que sentirse integrado es estar a gusto en la sociedad a la que llega conservando sus costumbres, como estadio anterior a la asimilación -normalmente al cabo de una generación- caracterizada por el uso social del idioma del Estado receptor, reservando el propio al ámbito familiar.
Una señal inequívoca de la asimilación es el matrimonio cruzado, circunstancia inexistente en los supuestos de no asimilación, donde se da una separación de comunidades, a modo de barrera de defensa, propio del mundo musulmán, por ejemplo, resultando imposible la síntesis, fenómeno que debe abordarse con exquisita prudencia por ser factor de inestabilidad social (El Ejido). Sobre esa base social la Alianza de Civilizaciones es una pura entelequia.
Pueden definirse cuatro tipos de inmigrantes:
TIPO A: Tienen buena formación y pueden y desean asimilarse.
TIPO B: Tienen buena formación y podrían asimilarse pero no lo desean por considerarse diferentes.
TIPO C: Carecen de formación y desearían asimilarse, pero no lo logran por su escasa o nula formación.
TIPO D: Carecen de formación y además no desean asimilarse porque se consideran diferentes.
Hay que despojarse de la máscara humanitaria que portan aquellos que defendieron en su momento “papeles para todos”, de la que sólo se benefician unos pocos y tan sólo contribuye a incrementar la inseguridad que padecemos. La inmigración masificada sólo incide en una mayor desigualdad social puesto que ésta provoca salarios más bajos y mayor explotación. Cuando los defensores de la inmigración indiscriminada afirman que hay tareas que los españoles no quieren hacer, tendríamos que contestarles diciendo que depende de cuánto se pague. Si se paga bien, sí hay gente española desempleada dispuesta a trabajar. El envilecimiento de los salarios podrá coyunturalmente favorecer a la economía pero a costa de la clase asalariada sacrificada en aras del bien de España. Desde luego el gasto social se incrementa exponencialmente en situaciones de crisis económica, cuando el empleo escasea y ese déficit en las cuentas públicas parece inexorable si no se adoptan medidas urgentes.
*Tedio, hastío.
Ya habrá otros momentos para tratar este tema, que aunque algunos lo nieguen es un problema que reviste de cierta preocupación, que todos, deberemos enfrentarnos. (de echo ya lo hacemos)
Si es cierto que de todo sale algo positivo, a mi juicio, de la inmigración actual en cuanto a positivos y negativos nos referimos estariamos quizás en un....60%? de negativo, claro....
Estadísticas profundamente demagógicas aparte nos ceñiremos al tema, pero...
No quisiera dar paso al texto sin antes hacer referencia a una notícia que me ha dejado estupefacto, o como diria aquél, en estado de ennui*, precisamente lo contrario a una feliz disposición de ánimo. De tal magnitud reviste la misma; (para mi)
Se ve que la junta islámica ha pedido el voto directamente para el PSOE, es curioso que cuando la "curia" romana de este país hace un tímido amago de pedirlo para el PP se líe la de San quíntin. Será quizás porqué estos últimos tienen más fieles y más poder de convicción dada su importancia histórica en este país y eso pone nerviosos a los del PSOE.
Pero parece ser que los de la junta islámica también se han apuntado al carro de usar la palabra y pedir voto, pero descaradamente.
Al fin y al cabo viendo lo que hace ZP con España, me imagino, no descartan que el susodicho presidente les monte un califato.
Doy paso, sin más, al escrito de un compañero:
CONCEPTO DE INMIGRACIÓN.-
Debemos distinguir entre la asimilable y la no asimilable. Dentro de la primera categoría existen diferentes grados de asimilación. Tiene especial interés las palabras del politólogo Giovanni Sartori cuando afirma que los inmigrantes ilegales no pueden permanecer en el país receptor por su nula aportación al sostenimiento del Estado del Bienestar y su irremediable aproximación al mundo de la delincuencia.
La integración es el paso previo a la asimilación, puesto que sentirse integrado es estar a gusto en la sociedad a la que llega conservando sus costumbres, como estadio anterior a la asimilación -normalmente al cabo de una generación- caracterizada por el uso social del idioma del Estado receptor, reservando el propio al ámbito familiar.
Una señal inequívoca de la asimilación es el matrimonio cruzado, circunstancia inexistente en los supuestos de no asimilación, donde se da una separación de comunidades, a modo de barrera de defensa, propio del mundo musulmán, por ejemplo, resultando imposible la síntesis, fenómeno que debe abordarse con exquisita prudencia por ser factor de inestabilidad social (El Ejido). Sobre esa base social la Alianza de Civilizaciones es una pura entelequia.
Pueden definirse cuatro tipos de inmigrantes:
TIPO A: Tienen buena formación y pueden y desean asimilarse.
TIPO B: Tienen buena formación y podrían asimilarse pero no lo desean por considerarse diferentes.
TIPO C: Carecen de formación y desearían asimilarse, pero no lo logran por su escasa o nula formación.
TIPO D: Carecen de formación y además no desean asimilarse porque se consideran diferentes.
Hay que despojarse de la máscara humanitaria que portan aquellos que defendieron en su momento “papeles para todos”, de la que sólo se benefician unos pocos y tan sólo contribuye a incrementar la inseguridad que padecemos. La inmigración masificada sólo incide en una mayor desigualdad social puesto que ésta provoca salarios más bajos y mayor explotación. Cuando los defensores de la inmigración indiscriminada afirman que hay tareas que los españoles no quieren hacer, tendríamos que contestarles diciendo que depende de cuánto se pague. Si se paga bien, sí hay gente española desempleada dispuesta a trabajar. El envilecimiento de los salarios podrá coyunturalmente favorecer a la economía pero a costa de la clase asalariada sacrificada en aras del bien de España. Desde luego el gasto social se incrementa exponencialmente en situaciones de crisis económica, cuando el empleo escasea y ese déficit en las cuentas públicas parece inexorable si no se adoptan medidas urgentes.
*Tedio, hastío.
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